Como es habitual en estas fechas la liquidez se reduce de manera sustancial por la falta de participantes en el mercado y los movimientos suelen ser mas amplios o acentuarse en algunos casos.
Esto es lo que estamos presenciado con el dólar estadounidense.
Si bien es cierto que la tendencia de la divisa americana viene siendo bajista desde hace meses, en el día de hoy ese movimiento se ha exacerbado llevando a algunos pares a niveles altos no visos desde 2018 sin que detrás de ellos haya ningún evento ni noticia fundamental que los justifique.
El dólar se ha debilitado a niveles mínimos no vistos desde mayo del 2018 en términos generales a pesar de que los yields de los treasuries americanos, que suelen ser los catalizadores de estos flujos, no han descendido desde niveles actuales en los dos últimos meses.
En el caso del bono americano de 10 años se mantiene por encima de la zona de 0.90% en un movimiento muy estable, aunque la Reserva Federal mantiene su agresiva política de compra de activos y los tipos de interés de referencia están en mínimos históricos.
La razón de ello puede deberse bien a que los flujos compradores de deuda americana hayan disminuido, algo que influiría negativamente en la cotización del dólar, o bien porque los inversores estarían pendientes de datos de inflación que en caso de repuntes podrían frenar el apetito comprador de estos activos.
En cualquier caso, el dólar sigue su camino a la baja.
EUR/USD ha superado hoy el máximo anterior de 1.2268, donde estaba situada la resistencia inmediata y se aproxima a la zona de 1.2300.
Desde un punto de vista técnico, un cierre por esta zona abriría camino hacia una amplia zona de concentración de precios en torno a 1.2400. Pero hay que considerar la situación de sobrecompra del RSI diario, indicador en el que empiezan a aparecer señales de divergencias bajistas que de confirmarse supondrían un freno al actual movimiento.
Sería necesario determinar si el movimiento de flujos de estos dos últimos se debe a un efecto de final de año, normalmente mas volátil, o si tiene mayor soporte fundamental. Para ello será interesante observar la evolución en los primeros días de enero.
Lo mismo ocurre con GBP/USD.
Después de la tímida reacción tras el acuerdo sobre el Brexit que anticipaba un movimiento típico de " compra el rumor y vende la noticia", el par ha retomado con fuerza el impulso alcista y ha logrado superar la barrera psicológica de 1.3500, abriendo camino, desde una perspectiva técnica a la zona de concentración en torno a 1.4000.
Pero al igual que el euro en su cotización contra el dólar, este par muestra señales de agotamiento de esta pata alcista en los indicadores RSI diarios con divergencias bajista que podrían suponer un freno a los flujos compradores.
El detalle de los acuerdos del Brexit, todavía pendientes de analizar, y las negociaciones sobre el sector financiero que se llevarán a cabo mas adelante serán factores importantes para tener en cuenta para la evolución futura de la libra esterlina.
Fuentes: Bloomberg, Finacial Times.
