El pánico en el mercado por la aparición de la variante Ómicron comenzó a mediados de noviembre y dio lugar a varias semanas difíciles para los activos de riesgo. La alta capacidad de contagio de la variante era una amenaza para los mercados financieros.
A medida que se ha vuelto cada vez más evidente que las infecciones son menos graves y que la extensión de los contagios es imparable, los mercados comienzan a descartar cualquier sentimiento de riesgo y vuelven hacia el optimismo.
El mercado también está sintiendo un cambio de marea en torno a los cierres y restricciones, con un coro creciente de personas que dicen que es hora de vivir con las vacunas y el virus.
En definitiva, el efecto Ómicron en los mercados se va desvaneciendo a pesar de que en China los números de contagios van creciendo y esto podría tener un efecto negativo en el crecimiento económico mundial en el medio plazo, ya que en este país las medidas que se toman para combatir el virus son extremadamente restrictivas y podrían causar de nuevo problemas en las cadenas de suministros.
Mientras tanto, bien sea por la desaparición del miedo a la pandemia o porque este año el rally de navidad se está cumpliendo, los índices bursátiles norteamericanos han experimentado este primer día de la última semana del año notables subidas, con especial mención al S&P500 que ha superado los niveles de resistencia anteriores y ha alcanzado un nuevo máximo histórico en 4775.
Otros motivos de preocupación para el mercado como son la desaceleración económica, la inflación persistente y las futuras subidas de tipos de interés y retiradas de estímulos monetarios, de momento no parece estar en el radar de los inversores en este final de año, pero sin duda volverán a estarlo a medida que vayan transcurriendo los días y se acerquen las fechas en los que los bancos centrales, especialmente la Fed, se reúnen o cuando los datos de crecimiento y de indicadores adelantados de la economía se vayan publicando.
De hecho, los rendimientos de los bonos americanos se mantienen inalterables, con el bono a 10 años a 1,48%, aunque la Fed haya acelerado el proceso de tapering.
Ante esta falta de reacción en los tipos de interés del mercado y con los últimos datos de inflación que siguen al alza sin pausa, el ORO , activo que se utiliza como protección contra la inflación, avanza paso a paso por encima de la zona de 1800, quizás con poco ímpetu por la relativa fortaleza del dólar USA con el que el oro mantiene una correlación negativa.
Técnicamente, la resistencia inmediata se encuentra en la zona de 1812 por encima de la cual no encuentra mayor obstáculo hasta el nivel de 1832.
Sources: Bloomberg, Reuters