Las negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia no parecen llegar a ninguna parte, ya que continúan los bombardeos sobre las principales ciudades ucranianas y el grueso de las fuerzas rusas cercan Kiev.
El presidente Zelensky ha manifestado que no hay ninguna posibilidad de avanzar en las conversaciones mientras las tropas rusas continúen con las hostilidades atacando objetivos civiles y causando bajas en la población ucraniana.
Mientras tanto, los países occidentales no cejan en su empeño de aislar a Rusia económica y financieramente. Además, las empresas internacionales que son socias de empresas rusas ponen fin a sus relaciones comerciales.
Los mercados de bonos y acciones de Rusia están cerrados e inactivos, y el rublo alcanzó ayer un nuevo mínimo histórico, cotizando a 118 contra al dólar.
Pero en los países occidentales la preocupación se extiende también a los problemas derivados de esta situación que inevitablemente añadirá más fuego al problema ya existente de la inflación. A esto hay que añadir las dificultades de suministro en Europa de materias primas como el gas natural y el aluminio, incluyendo el trigo y el maíz (Ucrania es un importante proveedor).
Los mercados continúan en un modo de extrema aversión al riesgo con caídas generalizadas en las bolsas, siendo Europa la más afectada, como es el caso del Dax alemán, que perdió ayer más de 400 puntos. Los índices norteamericanos también cayeron, pero en menor medida, cediendo más de un 1%.
Las tensiones del mercado se reflejan también en los bonos del Tesoro. El bono americano a 10 años Tnote fue comprado con fuerza por los inversores en busca de refugio, y la rentabilidad cayó hasta el 1,71%, un nivel que no se veía desde principios de enero, cuando las expectativas de subidas de tipos de interés por parte de la Fed aún no eran tan elevadas.
De hecho, el sentimiento ha cambiado en esta dirección, y ya no se espera que la Reserva Federal sea tan agresiva y se contenga en su próxima reunión con una subida de sólo un cuarto de punto.
Lo mismo podría ocurrir con el Banco Central Europeo, que difícilmente podrá modificar su política monetaria ante la enorme incertidumbre económica. Esto se refleja en el Bund alemán, cuya rentabilidad ha vuelto a valores negativos después de haber estado recientemente por encima del 0,30%.
Pero lo que más parece preocupar a los inversores y al mundo financiero es la tendencia alcista del petróleo, que ya se ha cotizado a niveles cercanos a los $107, a pesar de que la EIA anunció la liberación de 60M de barriles de sus reservas estratégicas.
Ahora los mercados esperan que los precios lleguen hasta los $140 /barril, cerca de los niveles registrados durante la crisis económica de 2008. Ya no se descarta la posibilidad de que las sanciones contra Rusia sigan endureciéndose y el país quede excluido del comercio de petróleo.
Fuentes: Bloomberg, Reuters.