Los mercados comenzaron el viernes como una continuación del día anterior, con las acciones al alza, los rendimientos a la baja y el dólar a la baja en las primeras operaciones de la sesión.
Los datos de las ventas minoristas fueron bastante mixtos y sugirieron una desaceleración de la demanda, especialmente porque las ventas minoristas no se ajustan a la inflación, lo que significa que la lectura del 0,0% y de la subyacente del 0,1%, si se ajustaran a la inflación, probablemente serían negativos.
Sin embargo, cuando se publicó más tarde la confianza del consumidor de Michigan, el mercado se llevó algunas sorpresas. La confianza de los consumidores aumentó, al igual que las expectativas de inflación a 1 y 5 años. Las acciones cayeron, los rendimientos aumentaron y el dólar se fortaleció.
El rendimiento del bono a 10 años subió 7,4 puntos básicos en el día y se situó en el 4,02%, después de haber llegado a cotizar en el 3,85% intradía. El rendimiento subió 14 puntos básicos durante la semana.
En definitiva, otra jornada de gran volatilidad en los mercados, como viene siendo habitual recientemente debido a la incertidumbre sobre los futuros pasos de la Reserva Federal, que vendrán determinados en gran medida por la evolución de la inflación. Sin embargo, por el momento, los datos de la tasa de desempleo y de la inflación no dan señales de retroceso significativo.
Aunque, como señaló el viernes la vicepresidenta de la Reserva Federal, Brainard, tanto las cifras de empleo como las de inflación son indicadores retrasados, que requieren tiempo para detectar los efectos de la política monetaria restrictiva. Este comentario aumenta la posibilidad de que la Fed decida pausar las subidas de tipos mientras espera los resultados de las subidas ya realizadas, pero no descarta una subida de 75 puntos básicos en la próxima reunión del 2 de noviembre.
Otro factor que provoca un alto nivel de incertidumbre, no sólo en el Reino Unido sino a nivel mundial, es la actuación del gobierno británico. Tras el despido del ministro de finanzas y el anuncio de la primera ministra de dar marcha atrás en sus planes fiscales, el mercado no quedó convencido y el bono a 10 años volvió a caer con fuerza. Esto indica que hasta que no se den a conocer por completo los planes del nuevo gobierno, los inversores seguirán siendo cautelosos, temiendo que la crisis británica se extienda y afecte a los fondos de inversión y a las entidades financieras.
El índice S&P500 perdió todas las ganancias del día anterior y cerró la semana en la zona de soporte en torno a los 3.600.
Fuentes: Bloomberg, Reuters