El sentimiento del mercado se inclinó más hacia un posible fin de las subidas de precios y a una reacción menos restrictiva de la Reserva Federal.
Después de dos días de caídas, el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años de referencia subió hasta el 2,82%, tras la publicación de datos económicos de EE.UU. como las ventas minoristas y solicitudes de subsidio por desempleo.
El jueves, el presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, dijo que la Reserva Federal de EE.UU. debería considerar razonablemente la posibilidad de aumentar las tasas de interés en medio punto porcentual en su próxima reunión en mayo, lo que se consideró como una señal más de que incluso los miembros más “dovish” de la Fed están de acuerdo con la subida de tipos de interés.
Los mercados fueron testigos de fuertes subidas de tipos por parte del banco central de Nueva Zelanda y del Banco de Canadá, así como de una sorprendente subida de tipos por parte del Banco de Corea y del endurecimiento de la política por parte de la Autoridad Monetaria de Singapur. En definitiva, asistimos a una ola mundial de política monetaria más restrictiva.
Las acciones estadounidenses habían subido el miércoles, con la esperanza de que los aumentos de precios pudieran estar alcanzando su punto máximo. Pero el movimiento del jueves puede ser considerado como una señal de la poca convicción detrás de esas esperanzas. La incertidumbre sigue siendo todavía demasiado alta.
Mientras tanto, en el mercado de divisas, el euro cayó a un mínimo de dos años frente al dólar, ya que los comentarios de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, fueron vistos como una señal de que el banco no tenía prisa por subir las tasas de interés.
El diferencial de tipos de interés entre el dólar y el euro parece ampliarse aún más tras los diferentes caminos que los respectivos bancos centrales están tomando. A esto hay que añadirle la preocupación por la evolución de la guerra en Ucrania y la subida de los precios del petróleo y del gas de los que Europa es altamente dependiente.
El par EUR/USD llegó a negociarse el jueves por debajo del soporte mayor de 1,0805, antes de rebotar ligeramente en la sesión del viernes, donde la liquidez era escasa. La presión sobre el par seguirá manteniéndose durante la semana con las elecciones francesas del próximo domingo.
Fuente: Bloomberg, Reuters.