Las turbulencias del mercado se acentuaron al comienzo de la semana. Estos movimientos se produjeron después de que el Secretario de Estado de EE.UU., Anthony Blinken, declarara el domingo que EE.UU. y sus aliados europeos estaban estudiando la posibilidad de prohibir las importaciones de petróleo ruso. Mientras tanto, la Casa Blanca ya estaba coordinando con los comités del Congreso para avanzar con la prohibición de Estados Unidos.
La dependencia energética europea de Rusia es elevada, muy diferente a Estados Unidos que prácticamente no importa petróleo de este país, pero, en cualquier caso, si Occidente corta la mayor parte de las exportaciones de energía de Rusia provocaría un enorme impacto en los mercados globales.
Rusia es el segundo exportador mundial de crudo con mas de 5 millones de bpd y esto ocurre en un momento de desequilibrio entre oferta y demanda, que ha hecho subir el precio.
Por tanto, sólo la propuesta de Blinken, señalando la intención de aislar a Rusia como suministrador de productos energéticos, provocó una enorme tensión en el mercado que llevó al petróleo a cotizar hasta $130.
Posteriormente, la Unión Europea descartó esta posibilidad y el crudo retrocedió mas de $10 para cotizar ligeramente por debajo de $120. En cualquier caso, se consideran niveles excesivamente altos que pueden poner en peligro la estabilidad de la economía global.
De hecho, Estados Unidos inició una ronda de visitas y negociaciones con países como Venezuela, a la que ofreció rebajar las sanciones a cambio de petróleo para intentar frenar el imparable camino alcista del petróleo. Algo que hubiese sido impensable tan solo un mes atrás.
Podemos decir que, en algún momento, al principio de la sesión de ayer, el mercado entró en modo de pánico por las graves consecuencias para la economía global. Especialmente el mercado europeo, que se derivaría de estas severas sanciones económicas que se pretenden imponer a Rusia. Y la incertidumbre continúa.
Esto se reflejó en caídas pronunciadas de los índices americanos y europeos, con un nuevo desplome del DAX y del Nasdaq de más del 3% y una extensión del pánico por el miedo la escasez de algunas materias primas como el trigo, del que Rusia y Ucrania son los principales proveedores para el mercado europeo.
Estos acontecimientos dispararon los precios a niveles sin precedentes, hasta la zona de 1293, en un mercado de futuros que tuvo que ser interrumpido en varias ocasiones por exceder el nivel máximo de revalorización del activo, “ limit-up”.
Fuentes: Bloomberg, Reuters.