Los índices de Wall Street se desplomaron después de que los datos de inflación de septiembre mostraran una inflación persistente que no da señales de retroceso.
El dato de inflación da a la Reserva Federal más razones para seguir subiendo los tipos de interés en su próxima reunión, que tendrá lugar en noviembre. El índice de precios al consumo aumentó un 8,2% en términos interanuales, cifra ligeramente superior a la previsión media del mercado. El IPC subyacente, que excluye los alimentos y los combustibles, subió un 6,6%, también por encima de lo esperado.
La probabilidad de que la Fed suba los tipos en otros 0,75 puntos es ahora de casi el 100%, lo que sería la cuarta subida consecutiva de esta magnitud en su intento de acabar con la inflación. Las actas de la reunión de septiembre, publicadas el día anterior, mostraron que los miembros del Comité de Política Monetaria de la Reserva Federal están decididos a continuar con este ritmo de subidas de tipos en su lucha contra la inflación, a pesar del riesgo que esto supone para la economía.
El otro foco de incertidumbre para los mercados mundiales, que es la crisis de renta fija británica, pareció haberse tomado un respiro en el día de ayer, ya que el rendimiento del bono GILT a 10 años del Reino Unido retrocedió 25 puntos básicos, hasta el 4,20%. La intervención del Banco de Inglaterra en el mercado mediante la compra de bonos es probablemente la causa de este movimiento, aunque no se han publicado cifras al respecto.
El problema y la principal preocupación en el mercado es que el Banco de Inglaterra (BoE) ha advertido que dejará de intervenir a partir de hoy viernes, por lo que si esto ocurre, las turbulencias pueden volver al mercado británico, y esta inestabilidad se trasladará a otros mercados globales.
Este problema tiene difícil solución; o bien el Banco de Inglaterra continúa con sus compras para sostener al mercado, o bien el gobierno británico emite una declaración política descartando la posibilidad de rebajas masivas de impuestos, lo que parece poco probable según las últimas declaraciones de los representantes del gobierno.
En este escenario altamente sombrío, sin datos económicos relevantes en las próximas semanas que puedan dar esperanzas de un cambio de rumbo de la política monetaria en Estados Unidos, la presión bajista sobre los activos de riesgos, incluidos los bonos del Tesoro, parece que va a ser la tónica que domine los mercados.
Fuentes: Bloomberg, Reuters