Los índices bursátiles tuvieron un día muy positivo el día de ayer impulsado por los bancos y compañías de semiconductores que publicaron resultados y expectativas de negocio mejor que lo esperado. El sentimiento negativo que había prevalecido durante las dos semanas anteriores pareció disiparse básicamente debido a los earnings que se publicaron ayer.
El índice S&P500 experimento su mayor subida en meses con un avance de un 1.7% que lo distanciaba de la zona de soporte situada en 4250 cuya pérdida lo hacía vulnerable a pérdidas de mayor calado. Con las guanacias de ayer ha logrado superar la línea de 100 días SMA y se sitúa muy cerca de la resistencia en torno a 4474.
Sin embargo, los elementos de incertidumbre que habían provocado las fuertes correcciones en los índices siguen estando presente.
El día anterior conocíamos que la Reserva Federal está preparada para iniciar el tapering, aunque los bonos del tesoro parecen no haberse dados por enterados y han seguido retrocediendo los yields hasta un 1.51%. La situación de las empresas inmobiliarias China sigue siendo preocupante con default de Evergrande en el pago de los intereses de la deuda en dólares y el otro frente de preocupación que es el incremento de precio de la energía, que de continuar supondrá un freno al crecimiento económico además de alentar las tensiones inflacionistas, lejos de retroceder continúa sin pausa.
De hecho, en el día de ayer el petróleo aunque las cifras de inventarios publicadas por la Administración de información de la Energía mostraban un enorme crecimiento hasta 6.08M desde los tan solo 0.7 M esperados , cifra que en otras ocasiones hubiese provocado una caída del precio , no solo no fue vendido sino que subía casi un dólar en el día, eliminado con ello la posibilidad, desde un punto de vista de análisis técnico, de divergencias bajistas en el RSI diario y acercándose a los niveles máximos alcanzados dos días atrás de 82.16.
La causa que se encuentran detrás de esta enorme demanda es la de la rotación desde gas natural a fuel-oíl de las plantas generadoras de energía eléctrica por el incremento de precio del gas que hasta ahora había sido el combustible mas utilizado para la generación de electricidad. Este incremento de demanda supondría alrededor de 500k bpd, cifra que contrarresta el incremento de producción aprobado últimamente por la OPEP+.
Si se mantiene esta situación de tensión en las materias primas energéticas, no tardarán en volver al mercado el sentimiento pesimista por sus repercusiones negativas en el crecimiento global y por la relación que tienen con las tensiones inflacionistas que cada vez parecen ser no tan transitorias como los banqueros centrales se empeñan en considerar.
Fuentes: bloomberg.com, Reuters.com
