En cualquier caso, fue una sesión de moderada estabilización después de la caída del 4% de ayer, aunque los bonos del Tesoro siguieron presionados fuertemente a la baja, con el rendimiento del bono a 10 años en el 3,47%.
El foco de atención del mercado está evidentemente centrado en la reunión de hoy de la Reserva Federal. Prácticamente, existe unanimidad sobre una subida de 75 puntos básicos por parte de la Fed. Y este cambio tan radical – recordemos que la semana pasada el consenso era de subidas de tipos de 50 puntos básicos - se basa en algunas publicaciones en el Wall Street Journal de reconocidos " Fed Watchers" apuntando a ello.
Los " Fed Watchers", tradicionalmente se les considera como portavoces de la Reserva Federal. El Banco Central de Estados Unidos los utiliza para filtrar información al mercado y de esta manera prepararlo para sus próximas acciones. Si esto es cierto, el motivo por el que la Fed ha decidido cambiar de opinión es el aumento del dato del IPC publicado el viernes. A primera vista, no parece una razón sólida, teniendo en cuenta que se trata de un solo dato y que el IPC subyacente mostró un retroceso.
Pero todo indica que la Fed ha decidido una acción más agresiva para la reunión de hoy, y esto ha hecho que las expectativas de tipos de interés se disparen al alza. Los futuros de los fondos de la Fed anticipan el final de los tipos de interés en torno al 3,80%, casi 100 puntos básicos por encima de lo que se esperaba hace apenas una semana.
No parece que la situación haya cambiado tanto como para dar un paso tan radical en tan poco tiempo. La inflación sigue siendo elevada, pero depende principalmente de factores tan volátiles como los precios de la energía, que pueden fluctuar en cuestión de días. Así, parece poco probable que la Fed se arriesgue a provocar un estallido en los mercados como el que hemos presenciado recientemente.
Es posible que incluso con la esperada subida de 75 puntos básicos, Powell se muestre más flexible en decisiones posteriores, dejando abierta la posibilidad de recortes de tipos más pequeños e incluso de pausas si los datos de inflación lo permiten. Si este fuera el discurso del presidente de la Fed, los mercados de renta variable deberían experimentar cierto alivio con subidas desde los niveles actuales.
Pero de momento, y al cierre de ayer, el S&P500 terminó la jornada con una pérdida del 0,57%, lo que supone una caída desde los máximos históricos del 22,49%. De mantenerse, supondría la entrada del índice en lo que se conoce como mercado bajista. Todo dependerá exclusivamente de lo que decida hoy la Fed sobre los tipos de interés y de lo que comunique al mercado sobre sus futuras intenciones.
Fuente: Bloomberg, Reuters
