El dólar retrocedió debido a que los inversores redujeron sus expectativas de que la Reserva Federal adoptará un enfoque más agresivo al aumentar los tipos de interés la próxima semana.
Se da por descontada una subida de tipos de 75 puntos básicos, pero cada vez son más los analistas que sitúan el objetivo de los fondos de la Fed en niveles inferiores a los pregonados hace un par de semanas. La razón es que las expectativas de inflación han disminuido considerablemente tras el desplome de la mayoría de las materias primas, y la desaceleración de la economía provocará presumiblemente una caída de la demanda.
Mientras tanto, la temporada de resultados empresariales en EE.UU. cobra fuerza. Los resultados se ajustan a las previsiones, sin que haya habido todavía ninguna empresa con retrocesos importantes en sus ingresos. Ayer se publicaron las ganancias de Charles Schwab Inc y Goldman Sachs con cifras superiores a lo previsto. Y hoy se darán a conocer las ganancias de importantes empresas como J&J y Lockheed Martin.
El mercado parece estabilizarse, aunque todavía con cierta volatilidad, tras la oleada de previsiones apocalípticas en las que predominaba la palabra "recesión". Se puede decir que la Fed lo está haciendo bien hasta ahora, con una buena política de comunicación que está evitando un colapso de los mercados sin dejar atrás la necesaria normalización de la política monetaria.
El mercado de bonos del Tesoro es ahora menos volátil, y los rendimientos de los bonos reflejan en gran medida las subidas de los tipos de interés que la Fed realizará en los próximos meses.
Una situación muy diferente es la que afronta el Banco Central Europeo. En la reunión de este jueves se espera una subida de tipos de 25 puntos básicos, pero está por ver si esta modesta subida será suficiente para hacer frente a la elevada inflación europea. El problema al que se enfrenta el BCE es que unas subidas más agresivas podrían desestabilizar los bonos periféricos, especialmente los de Italia, que además de una elevada deuda, está inmersa en la inestabilidad política.
Por ello y a pesar del último repunte del EUR/USD, motivado sobre todo por la debilidad del dólar estadounidense a causa de la mejora del sentimiento de riesgo del mercado, la moneda única todavía se puede ver sometida a presión bajista, más aún si se cumplen las amenazas rusas de cortar el suministro de gas a Europa.
Fuentes: Bloomberg, Reuters