Ni las pésimas cifras económicas de China ni el dato del índice del NY Empire State manufacturero, que cayó a niveles no vistos desde la crisis pandémica, fueron suficiente para frenar el impulso alcista de los índices estadounidenses.
China sorprendió al mercado rebajando los tipos de interés, a diferencia del resto de los bancos centrales del mundo, intentando estimular la economía del gigante asiático que da señales alarmantes de debilidad.
La producción industrial de China registró un crecimiento interanual del 3,8%, mientras que las ventas minoristas cayeron al 2,7% interanual, y las inversiones en activos fijos en julio sólo crecieron un 5,7% desde el 6,1% del mes anterior.
Más tarde, se publicó el dato americano del NY Empire State manufacturero, con una caída de -31,30 frente a los 5,50 esperado. Esta enorme desviación alarmó a los analistas y ha vuelto a alentar el discurso de los que pronostican una recesión en Estados Unidos.
Pero los mercados bursátiles americanos hicieron caso omiso de estos inquietantes datos y un día más experimentaron subidas generalizadas. Técnicamente, los tres principales índices de Wall Street ya se encuentran en territorio alcista. Se puede decir que han dejado atrás el mercado bajista del que gran parte de los inversores esperaban.
Ayer se conocieron las carteras de los principales fondos de inversión estadounidenses, y un buen número de ellos han reducido e incluso recortado sus posiciones bajistas.
A pesar de los últimos datos negativos, la expectativa de que la Fed no suba los tipos de interés tanto como se preveía inicialmente, así como los últimos beneficios empresariales, son factores que han despertado el optimismo entre los inversores.
También juega un papel importante el hecho de que las expectativas de inflación, la principal amenaza para el mercado durante algún tiempo, se hayan reducido sustancialmente. A ello contribuye la caída del precio de las materias primas, especialmente del petróleo.
Ayer se esperaba que se alcanzara un acuerdo nuclear con Irán para eliminar las sanciones que le impiden exportar petróleo, permitiéndole acceder al mercado de petróleo internacional. Si se llega a un acuerdo, supondría un aumento de la oferta de alrededor de 1 millón de BPD que haría bajar el precio del crudo, posiblemente por debajo de los $80 por barril.
Fuentes: Bloomberg, Reuters
