El Banco de Inglaterra ha venido a salvar a última hora la difícil situación que se había creado tras la decisión del recientemente creado gobierno británico de incrementar el gasto público y reducir sustancialmente la presión impositiva.
El anuncio de esta medida de política económica provocó enormes turbulencias no sólo en el mercado británico, sino también en los mercados globales. El efecto más distorsionador se observó en los bonos del Reino Unido, que cayeron a nuevos mínimos en una sola sesión de negociación.
Esto puso en peligro la estabilidad de los fondos de pensiones, que invertían principalmente en bonos a largo plazo y estaban a punto de verse obligados a bloquear los fondos por agotar sus márgenes de negociación.
El anuncio del Banco de Inglaterra y su posterior acción de compra de bonos en el mercado, una vuelta al "Quantitave Easing" por valor de unos 1.000 millones de libras, consiguió calmar al mercado. Así, los rendimientos de los bonos cayeron significativamente en más de 50 puntos básicos en el bono GILT a 10 años.
El Reino Unido tiene cierta importancia en la economía mundial, y las perturbaciones en ese país contaminan al resto de los mercados. Además, la recuperación de los bonos británicos y de la libra esterlina ha beneficiado en general a los mercados.
La libra también recuperó parte del terreno perdido hasta llegar por encima de 1,0800 contra el dólar, después de haber tocado la zona de 1,0300 en un primer momento de pánico en el mercado. Queda por saber cómo va a afectar esta situación al Banco de Inglaterra en su próxima decisión sobre tipos de interés. Las últimas previsiones apuntaban a una subida de 100 puntos básicos, pero dadas las circunstancias, probablemente opten por una acción menos agresiva.
El Reino Unido tiene cierta importancia en la economía mundial, y las perturbaciones en ese país contagian al resto de los mercados. Además, la recuperación de los bonos británicos y de la libra esterlina ha beneficiado en general a los mercados.
Los índices de Wall Street subieron ayer significativamente al mejorar el sentimiento de riesgo, y el bono estadounidense a 10 años volvió a ser comprado por los inversores, bajando su rendimiento en unos 24 puntos básicos, un movimiento de mercado extraordinario e inusual.
Esta caída de los rendimientos de los bonos influyó positivamente en los mercados bursátiles americanos, y cada vez son más las voces que claman por una rectificación por parte de la Reserva Federal para que desistan de una política monetaria excesivamente dura, que ponga en peligro a la economía. Entre los que opinan de esta manera se encuentra el prestigioso y legendario inversor Stanley Druckenmiller, quien considera equivocados los pasos que está dando la Fed.
Los próximos días serán cruciales en este sentido con la publicación del indicador de inflación preferido por la Reserva Federal, el gasto de consumo personal, que podría hacer cambiar la opinión del banco central de Estados Unidos si muestra un retroceso.
Fuentes: Bloomberg, Reuters