La reacción inmediata del mercado fue negativa, con los índices estadounidenses retrocediendo abruptamente y los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años subiendo hasta el 3,04%.
Pero lo cierto es que el dato del IPC muestra por primera vez signos de descenso y, aunque no tanto como se esperaba, puede ser el primer síntoma de que la inflación está alcanzando un pico. Sin embargo, no ha empeorado en abril.
Este tipo de reacciones inmediatas tras la publicación de una cifra relevante, como la de ayer, son bastantes habituales. El mercado responde negativamente con órdenes guiadas por algoritmos ante una cifra menos positiva de lo esperado sin un análisis más profundo del verdadero significado de los datos.
Asimismo, es habitual que, tras un análisis más detenido, el mercado actúe en sentido contrario, como ocurrió ayer en el caso de los índices bursátiles; esto ocurrió sólo durante un breve periodo de tiempo.
Los rendimientos de los bonos volvieron a su punto de partida, el de 10 años estadounidense a la zona del 2,92%. Los índices de Wall Street tras una breve recuperación posterior volvieron a ser vendidos con fuerza.
La correlación negativa entre los rendimientos de los bonos del Tesoro y los índices bursátiles que venía funcionando durante semanas se deshizo ayer. Aunque los tipos de interés de largo plazo se mantuvieron en niveles bajos, quizá por los datos de inflación a la baja, los mercados bursátiles experimentaron una caída pronunciada, especialmente el Nasdaq, que perdió casi un 3%.
La pregunta que surge de este comportamiento entre los analistas del mercado es si la preocupación de los inversores ya no está relacionada con la subida de los tipos de interés, sino con una desaceleración profunda de la economía. Los datos de crecimiento y los indicadores adelantados de la economía que se publiquen volverán a ser relevantes, marcando posiblemente el rumbo de los mercados, al menos en las próximas semanas.
Por otro lado, el petróleo experimentó una subida cercana al 6% a pesar de que las cifras de los inventarios crecieron muy por encima de los pronósticos. Este movimiento, sin embargo, no encajaría con una previsión de desaceleración económica que, de producirse, supondría un descenso de la demanda global.
Se habla de las compras para almacenamiento se están produciendo en previsión de un empeoramiento del conflicto de Ucrania. En definitiva, podemos concluir que la sesión de ayer fue algo anormal porque no se siguieron las correlaciones habituales entre los activos, los eventos y los datos publicados.
Normalmente, cuando el mercado se comporta de una manera que no coincide con los fundamentales, tiende a ajustarse tarde o temprano.
Fuente: Bloomberg, Reuters