Aunque los pronósticos para este mes eran de 325.000, inferior a la del mes anterior, seguía representando un sólido aumento cuando todo el mundo hablaba de una desaceleración e incluso de una recesión económica.
Esta cifra demuestra que este pesimismo no tiene fundamento y que es erróneo prever una desaceleración de la economía, al menos con los datos económicos que se están publicando.
Desde enero de 2020, justo antes del impacto de la pandemia, la cantidad de empleos ganados casi ha borrado la cantidad de empleos perdidos.
La tasa de desempleo se mantuvo estable en el 3,6% (esperado 3,5%). La tasa de participación aumentó, así como los ingresos medios por hora, hasta el 0,3% frente al 0,4 % estimado. La tasa de desempleo interanual se situó, como se esperaba, en el 5,2% (frente al 5,5% del mes pasado).
El dato de crecimiento salarial también debería ser visto como positivo, al mostrar cierto retroceso en las remuneraciones, ya que una de las principales preocupaciones de la Fed es que se produzca una espiral inflacionista debido a la subida de salarios.
La creación de empleo en mayo fue, de hecho, el ritmo de crecimiento más lento desde abril de 2001, con caídas en el sector minorista e incrementos en el sector de servicios, lo que indica un cambio de patrón de consumo.
Grandes empresas tecnológicas como Twitter, Netflix y Tesla anunciaron que planeaban reducir la plantilla en un 10%. Hay que tener en cuenta que esto se producirá cuando la tasa de desempleo está en nivel de pleno empleo y en un entorno geopolítico adverso y de subidas de tipos de interés. Por lo tanto, se puede decir que el mercado laboral se ve mínimamente afectado. Sería deseable cierta relajación del mercado laboral por sus efectos positivos para la inflación.
Sin embargo, la reacción del mercado fue que las acciones se movieron a la baja y los rendimientos de los bonos del tesoro subieron, aunque solo ligeramente.
Posiblemente, la causa de la caída de los mercados bursátiles no sea el dato de empleo, que tiene elementos positivos, sino la subida sin descanso de las materias primas energéticas, el gas natural y el petróleo, que tienen una relación directa con la inflación, lo que podría provocar un retroceso del crecimiento global.
A pesar de la decisión de la OPEC+ de elevar su producción en 648k bpd, sigue existiendo un desequilibrio entre oferta y demanda que ha impulsado el petróleo por encima de la cota de los $120 en la sesión del viernes, lo que técnicamente lo encamina hacia los máximos alrededor de $130.
No hay expectativas de que la producción se pueda incrementar, ya que muchos países de la OPEC+ no tienen capacidad para ello. Sin embargo, se habla de permitir a Venezuela e Irán exportar petróleo, además de que Libia anuncia la reapertura de algunas de sus instalaciones de extracción que se encontraban cerradas.
Fuente: Bloomberg, Reuters