Ayer conocimos la decisión sobre los tipos de interés de la Reserva Federal. Tal y como se anticipaba, los tipos de interés del dólar subieron un 0,75%, hasta el 3,25%. La volatilidad fue extremadamente alta hasta el final de la sesión, como suele ocurrir en estas ocasiones.
Los mercados bursátiles cayeron bruscamente tras la decisión y el informe de la Fed, mientras que el dólar se fortaleció. El informe del FOMC reiteró la intención de la Reserva Federal de luchar contra la inflación hasta alcanzar el objetivo del 2%, y anticipaba más subidas de tipos en las próximas reuniones.
Sin embargo, también se publicaron los dot plots (previsiones de tipos de los componentes del FOMC para los próximos años), cuya media para el año en curso se situaba en el 4,4% y sólo un 4,6% para 2023. Según los oficiales de la Fed, se espera que los tipos bajen al 3,9% en 2023 y al 2,9% en 2024.
Con estas previsiones, el mercado puede tener una idea más clara de las intenciones de la Fed, y aunque son sustancialmente más altas que las de reuniones anteriores, no son excesivamente restrictivas. De hecho, Powell comentó durante la rueda de prensa que el consenso es de subidas adicionales que oscilan entre el 1% y el 1,25%.
Esto, junto con el comentario de Powell de que en algún momento podrían plantearse una pausa en las subidas de tipos para evaluar el impacto de sus decisiones de política monetaria, provocó una reacción alcista en el mercado de valores, haciendo que el índice Nasdaq subiera más de un 1% durante la sesión.
Quedó claro que la Reserva Federal pretende enfriar la economía para frenar la inflación. Anticipan modestos aumentos del PIB de sólo el 0,2% este año y del 1,2% el siguiente, manteniendo la economía en la zona de crecimiento.
Además de los datos de inflación, las cifras del mercado laboral serán las más importantes a partir de ahora. El mercado interpretará cualquier aumento de la tasa de desempleo por encima del 4% como una señal de que las subidas de tipos están llegando a su fin.
Los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE.UU. retrocedieron en la pata larga de la curva, con el bono a 10 años cayendo al 3,50% después de cotizar por encima del 3,60%, lo que indica que el mercado de renta fija ya ha descontado las futuras subidas de los tipos de interés.
En teoría, esto debería ser una buena señal para los mercados bursátiles, que han sido volátiles y ahora cotizan en territorio negativo.
Los inversores a veces necesitan tiempo para digerir toda la información que se dio ayer y valorar las distintas alternativas que se abren; en cualquier caso, a partir de ahora, dos datos económicos marcarán el rumbo del mercado, el de la inflación, que se publicará el viernes de la próxima semana, y el del empleo, que se publicará la primera semana del próximo mes.
Fuentes: Bloomberg, Reuters