A pesar de los malos presagios sobre la nueva variante Ómicron (la OMS y la ONU advierten de su peligrosidad por su mayor poder de contagio) y el desconocimiento sobre la efectividad de las vacunas actuales contra esta nueva versión del virus, el mercado ha cambiado de sentimiento en sólo un día y ha deshecho gran parte del movimiento del viernes en lo que es una clara vuelta hacia un mayor apetito del riesgo.
Si bien es cierto que de momento no se han adoptado medidas estrictas de confinamiento y restricciones de movilidad por los gobiernos de los países, el riesgo de que esto ocurra sigue estando presente.
El presidente Biden, manifestó ayer que no tienen previsto una vuelta a los "lockdowns", siendo esto el principal motivo de preocupación para los mercados, al ser la única medida que afectaría de manera directa a la economía.
En Europa, el número de contagios está en alza y no se descartan medidas de este tipo, sin descartar un potencial empeoramiento de la situación en China que, en caso de tomar decisiones de cierres de actividad, tendría un impacto enorme en la economía global.
El riesgo y la incertidumbre sigue siendo alto y sorprende el excesivo optimismo del mercado, que sigue comportándose de un modo que pretende ignorar todos los factores negativos que amenazan la economía global.
Por otro lado, todo parece indicar que la desaceleración económica sigue su curso con previsiones de crecimiento del PIB mundial a la baja, mientras la inflación no afloja y se mantiene en los niveles más altos en décadas.
En este sentido, la cifra de CB confianza del consumidor que se publica hoy en Estados Unidos nos dará una valiosa pista sobre el futuro desempeño de la demanda doméstica, un componente de peso en el PIB del país.
Asimismo, la comparecencia del presidente Powell, ante el Comité Económico Conjunto del Senado nos desvelará, hasta cierto punto, si la Reserva Federal va a proceder con lo que el mercado anticipaba, esto es, la aceleración en el ritmo de retiradas de estímulos presionado por las altas cifras de inflación, algo que de confirmarse podría añadir mayor presión a los mercados bursátiles.
Mientras tanto e ignorando todas estas circunstancias, los índices bursátiles estadounidenses han experimentado una notable subida en el día de ayer, aunque de manera dispar.
El índice tecnológico Nasdaq, llegó a superar los niveles altos del viernes pasado, impulsado por las grandes compañías como Facebook, Google o Amazon que, en principio, se verían menos perjudicadas ante un empeoramiento de la crisis pandémica.
Sin embargo, el índice Dow Jones 30, con una mayor composición de stocks cíclicos, mas ligados al crecimiento de la economía, se ha mantenido mas cauto en su recuperación y sólo ha conseguido remontar algo menos de la mitad de las enormes pérdidas que sufrió el pasado viernes.
Por lo tanto, desde una perspectiva de análisis técnico todavía se mantiene con un sesgo más negativo sin haber podido sobrepasar la línea de 100 días SMA que el viernes perforó de manera decisiva.
Fuentes: Bloomberg, Reuters